La Cara Oculta de LM, 2004

Quienes sostienen que el arte popular basa su éxito en el poder de comunicación que logra un artista con su público, tienen en el fenómeno Luis Miguel un perfecto argumento. Comprobado está que la música es, a pasos de este milenio, el hecho cultural que (junto al cine) moviliza cientos e miles de personas, genera millones de dólares en venta y ocupa gran cantidad de espacio.
Existen en la historia musical de todos los tiempos artistas fabricados por empresarios hacedores de estrellas que creen llenar con sus productos una necesidad de mercado. Carente de voz y de talento, pero con una excelente imagen, ocupan segundos de radios y canales de TV mostrando sus “virtudes”
Gracias a las facticias posibilidades que brinda el play back. Sin embargo, nadie podría decir que ése es el caso de Luis Miguel, porque a sus 22 años de carrera, su carisma irresistible y su profesionalismo le otorgan el título indiscutido de fenómeno.
Un fenómeno vislumbrado por su padre, el cantante y guitarrista español Luis Rey, que vio en su hijo una sensibilidad musical que lo llevo a intercalar en sus juegos infantiles la obligatoriedad de estudiar videos de Elvis Presley para imitarlo con exactitud, y así cautivar a cuanta persona de detuviera a mirarlo. Lo llevó por cadenas de radios y TV en busca de su oportunidad que lo hiciera conocido hasta que, el 29 de mayo de 1981, actuación en la fiesta de casamiento de Paulina Portillo (hija del por entonces presidente de México) lo puso en camino al estrellato. Casualmente entre los invitados se encontraban artistas, periodistas y ejecutivos de discográficas que quedaron cautivados por la naturalidad y simpatía de Luis Miguel. Lo ansiado por Luis Rey había llegado, y solo faltaba encontrar la discográfica que apostara por Él. Así apareció EMI (cuyo director estaba en la fiesta) que, animada por el éxito del grupo adolescente Menudo, decidió subirse al tren de las voces infantiles.
A partir de aquí es donde comienza desarrollarse la historia y mito Luis Miguel. Un padre transformado en manager deja de ser padre; una madre que comienza a desaparecer de escena y un chico con un equipaje lleno de responsabilidades a la edad en que, para cualquiera, el pensamiento más preocupante es una prueba de matemáticas o la explicación dubitativa acerca de la rotura de un vidrio.
Seria interesante escuchar su visión de la historia pero es imposible, el hombre no habla de su vida.
“Hay situaciones personales que me han afectado mucho”- dijo en una oportunidad. “La verdad es que he tenido una vida muy intensa a nivel personal, situaciones que me han hecho sentir muy mal. Pero no me gusta hablar de ello, del malestar que me producen me desahogo en el escenario. Esa es mi terapia. Limpia mi mente, me hace desconectar del planeta y experimento una realimentación con el calor de la gente. Es una sensación única.”
Se lo acusa de introvertido y huraño, se le reclama su falta de contacto con la prensa, salvo ante la presentación de un nuevo disco y sólo en conferencia de prensa, lo más críticos lo acusan de permanecer insensible ante la muerte de su padre y la desaparición de su madre. Todo lo necesario para crear a su alrededor el halo de misterio que requieren los mitos cuando todo lo que se afirma, en realidad, se presume.
Luego de su primer contrato, la aparición de este chiquito rubio con dientes de conejo que cantaba canciones de amor comenzó a enloquecer a las adolescentes latinas; en seis años grabó siete discos y filmó dos películas. A los diecisiete años de edad, y paralelamente a su éxito, situaciones familiares conflictivas comenzaron a hacer mella de Él. Con opinión propia sobre lo que pasaba en su familia y su carrera, comenzó a cuestionar el comportamiento de su padre y manager.
En 1988 el disco “Busca una mujer”, uno de los más importantes de su carrera. Lo transformo definitivamente en un artista con fundamentos, tanto por la magnifica producción del disco como la madurez musical de Luismi.
En 1989 Luis Rey, cuestionado por su hijo tanto por la separación de su madre en 1985 como por la manera de manejar el dinero, fue “despedido” por Luis Miguel al comprobarse innumerables irregularidades, principalmente económicas.
La década de los noventa comenzó con un aluvión de premios y condecoraciones como el “Word Music Award, otorgado en Mónaco y que, por primera vez, conseguía un artista latino. Ya sin su padre, todas las decisiones, los éxitos y los fracasos recaerían sobre Él. Así cuando ya se creía que no podía llegar más alto, este muchacho saco un as de la manga que lo llevaría a la cima.
En 1991, con Hugo López como nuevo manager, Luis Miguel decidió darle a su carrera un espectacular vuelco musical. Apostó al bolero, un género musical nacido en los años `40 de la mano de Pedro Vargas, Juan Arbizu, Leo Marini y ya más adelante con Olga Guillot, Lucho Gatica, Mario Clavel, Altemar Dutra, Los Panchos, Tito Rodríguez, Fetiche, Cuco Sánchez, Chico Novarro y Armando Manzanero.
Junto a este último y con producción propia llegó al boom, un éxito devastador que hizo resurgir el bolero y que, además, tuvo una entusiasta acogida en el público joven, que canto y bailo los mismos temas que enamoraron a sus padres y abuelos.
“Soy un amante del género y unos de sus más firmes defensores”- aseguro. El hecho de que sigan vigentes en el tiempo demuestra su calidad, y en honor a eso respeto las versiones de antes y su melodía original”.
A partir de aquí ya no quedo nada por demostrar. El espinoso repertorio de boleros a los que se animó dejo en claro, para quien aún dudaba, que era capaz de imprimirles sello y modernizar su significado, llevándolos hasta lugares donde la barrera del idioma hacia impensable la aceptación.
Hasta hoy, con la edición de cuatro discos de boleros, más una selección exquisita de sus mejores boleros añadiéndole, videos en formato de DVD, alternados con trabajos que viran más hacia el pop, como “Amarte es un placer”, que para mí es unos de los mejores discos.
Sin embargo, y en relación con los índices de popularidad, una luz de alerta se encendió estos últimos años, porque mientras Él encandila a señoras hay otro latino que enloquece a la prensa y a las jovencitas norteamericanas: Ricky Martín. Nacido de entre las filas del grupo Menudo, este puertorriqueño es hoy tapa de todas las revistas de los Estados Unidos gracias al éxito de su tema “Livin’ la vida loca”, agoto las entradas para sus recitales en menos de tres minutos y vendió 661 mil copias sólo en la primera semana del lanzamiento de su disco en ingles. Ni la polémica sobre su sexualidad ni as acusaciones a sus canciones sobre apologías de las drogas ha logrado minimizar la explosión latina que ha desatado Ricky, lo que demuestra que nunca se esta tranquilo en la cúspide ni se duerme realmente cómodo en los laureles, porque siempre hay un mercado dispuesto a coronar un rey aunque al anterior no haya muerto.
Las mujeres en la vida de Luis Miguel merece un capitulo aparte. Cuando con su primer disco de boleros vino ese cambio de imagen que lo mostró todo un hombre de impecable esmoquin y pelo corto ya no fueron adolescentes las que cayeron rendidas a sus pies, sino mujeres de todas las generaciones y latitudes.
No hubo situaciones en su vida que pusieran en duda su sexualidad, alentado por Luis Rey, que advirtió la atracción que causaba en las adolescentes y mujeres que le sobrepasaban en edad, se inicio sexualmente- según coinciden varias de sus biografías no autorizadas- a los doce años.
A partir de ese momento, sus aventuras fueron incontables. De las más importantes se destacan Mariana Yasbek (compañera de Micky en el video “Cuando calienta el sol”) que logro tener con el cantante un romance de más de cinco meses. Alejandra Guzmán, Adela Noriega, Lucia Méndez, Brigitte Nielsen, Paula Dagosti, Erica Camil…..actrices, cantantes y modelos pasaron por su lecho y, como todo mito viviente, no podía faltar en su historia una supuesta hija no reconocida, nacida de un romance con la cantante Stephanie Salas y que se llamaría Michelle. La conductora cubana Daisy Fuentes, la cantante más vendedora de discos de la última década, Mariah Carey, y ahora la periodista Mirka Dellanos son sus últimos romances, acerca de los cuales aún se discute si forman una parte de una estrategia de marketing.
Si tenemos en cuenta que los músicos se llevan un dólar por cada disco vendido (aunque no garantiza que el acuerdo de Luis Miguel sea así) estaríamos en una base de 35 millones de dólares. Si sumáramos que unos de los contratos con su compañía grabadora lo renovó por 17 millones de dólares, calcular su fortuna se hace difícil. Tour mundiales, merchandising, negocios paralelos, disco de oro y platino. Dicen que su cuanta bancaria es tan abultada que si decidiera dejar de trabajar por el resto de su vida, podría asegurarse un comodísimo futuro.
Usa camisa Versace de 6 mil dólares y entre sus propiedades conocidas se cuentan una mansión en Acapulco, otra en Los Ángeles, un campo en la Argentina, un avión privado y autos en cada lugar.
Lo es que de aquel chico simpático con dientes de conejo apenas quedan lejanos recuerdos. Un entorno infranqueable que lo protege quien sabe de qué, una vida privada sumida en un hermético silencio lo han encerrado en una cápsula que solo es traspasada por su trabajo. Una especie de imperio musical creado por y para Él que lo ha llevado a un nivel de estrellato al que muy pocos han accedido.
Ante tanta contundencia, la discusión sobre el mito se antoja insignificante. Solo tiene 34 años y una vida por delante para sostener el fenómeno al que muchos otros latinos le deben el camino por el cual hoy transitan.